Innovación móvil en transacciones bancarias

5 de Agosto de 2014
Rodrigo Acevedo, gerente general de Entersoft, explica lo que considera las tres grandes ventajas del pago por medio de dispositivos móviles

Por Rodrigo Acevedo, gerente general de Entersoft.

Rodrigo Acevedo, gerente general de Entersoft

Los cambios tecnológicos del mercado nos obligan a estudiar cuidadosamente las nuevas tendencias. Entre ellas, puede que hoy la más relevante sea el pago y transacciones bancarias mediante dispositivos móviles. Conocida es la significativa cantidad de teléfonos inteligentes que funcionan actualmente en Chile, permitiendo a las compañías ofrecer nuevos servicios que, si bien aún no están masificados, auspicioso es el interés que podrían despertar en los consumidores, en especial si se considera la agresiva penetración de dispositivos móviles por habitante en los distintos segmentos socioeconómicos. El país, en estas materias, se ubica al mismo nivel de naciones desarrolladas, por sobre el promedio mundial y con un creciente desarrollo de Internet móvil.

El primer concepto que nace con estas innovaciones es la disponibilidad de una billetera electrónica asociada a un número de teléfono móvil. Se trata de lo que internacionalmente se conoce como e-money o float. Bajo este esquema existe un agente autorizado para adquirir dinero electrónico. De ahí en adelante la cantidad de posibles transacciones corren por cuenta de la imaginación y de lo que Internet pueda permitir y facilitar. No hay que descuidar la seguridad y la privacidad de los usuarios que realizan este tipo de operaciones.

Hoy en Chile todavía persiste, en algunos sectores, un bajo registro de inclusión financiera. Por tanto, el pago móvil se presenta como una alternativa atractiva para ser parte de un sistema que a ratos puede ser excluyente. Ello, potenciado por el hecho que a nivel local se dispone de un mercado de tecnología móvil relevante, con estándares de calidad probados y empresas nacionales e internacionales que están interesadas en desarrollarlo.

Sin embargo, la reserva de las actividades de captación al giro bancario se presenta como una barrera regulatoria que restringe el desarrollo del modelo de pago móvil. Esto, en base al prepago por parte de entidades no bancarias. Facilitar, entonces, la implementación de pagos móviles a través de la flexibilización de la normativa vinculada al prepago es objetivo importante en la incorporación de sectores rurales y de bajos ingresos a los beneficios del sistema financiero. Afortunadamente, no se observan barreras regulatorias en el ámbito de las telecomunicaciones, ni otras aplicables a los modelos de pagos móviles asociados a tarjetas de crédito y cuentas bancarias.

El pago móvil es el medio ideal cuando la tarjeta de crédito no es aceptada o cuando el dinero suelto no alcanza. Probablemente, también será un medio de pago muy utilizado en compras compulsivas. ¿Se imagina pidiéndole dinero prestado a otra persona sin la necesidad de ir al banco y de conocer datos confidenciales de otra persona? Sencillamente, el dinero abonado es ingresado a la cuenta del usuario con todos los protocolos de seguridad. La tarjetas SIM cuentan con un cifrado de seguridad mayor que el de una tarjeta de crédito. Para malversar un móvil es necesario acceder físicamente a la tarjeta SIM del teléfono inteligente, conocer el código de seguridad o PIN y saber el código NIP para la realización de transacciones de pago. De hecho, los dispositivos móviles más novedosos incorporan un escáner de huella dactilar que podría servir de protocolo de seguridad.

Con todo, el pago por medio de dispositivos móviles cuenta con tres grandes ventajas respecto al comercio en Internet tradicional: es más seguro, ya que la información es transmitida en forma encriptada a través de la red GSM, la implantación de dispositivos móviles es superior a la de los computadores personales y las operaciones son más ágiles y sencillas. Además, la experiencia acumulada por los operadores móviles en la gestión de las transacciones de sus clientes, los exitosos servicios de SMS y descarga de contenidos digitales han puesto a prueba toda la tecnología necesaria para gestionar millones de transacciones de pequeño monto en tiempo real.