¿Por qué instalarán el primer detector de rayos cósmicos en la Antártida?

30 de Enero de 2019
Durante enero y febrero se instalará a "Neurus" en la base Marambio

Los rayos cósmicos son como mensajeros de objetos galácticos o extragalácticos. Pueden atraer partículas que contienen información del sol y el sistema solar.

Por eso, durante este verano se instalará en la base Marambio Neurus, el primer detector de rayos cósmicos.

El equipo de especialistas detrás de Neurus está integrado por Adriana Gulisano, del Instituto Antártico Argentino, y Sergio Dasso, ambos físicos, junto a Omar Areso, experto en electrónica y en mecánica, y personal de apoyo del IAFE, y Matías Pereira, experto en computación.



Los especialistas explican el funcionamiento del detector de la siguiente manera: se llena un recipiente de agua, y cuando pasa una partícula relativista con carga eléctrica, el recipiente se inunda de luz debido a un efecto que se llama radiación Cherenkov en agua. Esa luz se detecta con un amplificador de la señal, un fotomultiplicador que logra incrementar esta cantidad de fotones y la transforma en una señal electrónica que luego podemos adquirir y almacenar en una computadora.



"Realizamos una caracterización del efecto que tiene la atmósfera sobre esta cascada de partículas que se desarrolla a partir de los rayos cósmicos primarios que vienen del espacio exterior", explicó Sergio Dasso. "Finalmente, observamos los flujos de partículas secundarias. Por otro lado, los datos al estar operativos en tiempo real son muy importantes para monitorear las condiciones de la meteorología del espacio".

"Esto tiene que ver con el Clima Espacial y este monitoreo que vamos a reportar desde Argentina va a ser relevante para determinar si los niveles de radiación son razonables o muy altos y si es necesario tomar decisiones en el reruteo de vuelos o la cancelación de vuelos polares, por ejemplo", comentó el físico, según el Ministerio de Ciencia, Cultura y Tecnología.

La ventaja de instalar el equipamiento en la Antártida se debe a que dado el campo geomagnético de la zona, las partículas cósmicas cargadas tienen mayor facilidad para ingresar al entorno espacial de la tierra. Se observan así mayores flujos y se puede recolectar una mayor cantidad de información en altas latitudes que en regiones ecuatoriales.

El equipo pesa más de una tonelada y ocupa dos metros cuadrados. Otra característica sobresaliente del detector es que puede no solo contar y caracterizar cuántas partículas, por unidad de superficie y por unidad de tiempo, ingresan a la superficie de la tierra, sino, además, clasificar en bandas de energía. La información se almacena en discos rígidos. En simultáneo, la síntesis de los datos obtenidos será transmitida en tiempo real en los servidores del IAFE y puesta a disposición de la comunidad.