Nuevos desafíos para la educación remota: por qué debemos diseñar las aulas del futuro hoy mismo

21 de Mayo de 2020
Escribe Mariela Misiano, Gerente de Ventas de Vertiv para la Región de Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia

La conectividad y las mejoras en la infraestructura suponen cambios positivos tanto para los alumnos como para los docentes. Sin embargo, las limitaciones actuales nos obligan a repensar las rutinas y estructuras que parecían fijas en pos de una verdadera transformación digital que beneficie a toda la sociedad.

La UNESCO lanzó recientemente una coalición educativa mundial para apoyar a los países a ampliar sus mejores prácticas de educación a distancia y llegar a los niños y jóvenes que corren mayor riesgo. "Nunca antes habíamos presenciado una interrupción educativa a tal escala", dijo la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay.

Ahora más que nunca, el problema con la conectividad se vuelve relevante. ¿Cómo podemos asegurarnos de que la infraestructura crítica sea compatible tanto con el teletrabajo como con las clases virtuales que tienen lugar a nivel mundial debido a la actual crisis de salud?

En Argentina, existe un acceso desigual en todo el territorio en términos de conexiones domésticas. Si bien la ciudad de Buenos Aires tiene más conexiones que hogares, y la penetración a nivel nacional alcanza más del 65 por ciento, todavía hay provincias con niveles de penetración inferiores al 50 por ciento.

Es momento de comenzar a pensar en soluciones más efectivas o alternativas. Un ejemplo claro es el borde de la red, y la oportunidad que presenta no puede ser desperdiciada. Las instituciones educativas tienen que ser los principales consumidores en el borde de la red. Desde Vertiv identificamos atributos claves en este sentido, en el cual se destaca el uso intensivo de datos que se proyecta en los próximos años.

De acuerdo con los expertos de la industria encuestados en el reciente informe de Vertiv sobre el Centro de datos del 2025, más de la mitad de los participantes que actualmente tienen sitios en el borde de la red o planean implementarlo, creen que esa cifra se duplicará en los próximos 5 años. Esta proyección nos dice que las empresas reconocen que la computación en el borde se volverá cada vez más común y promete proporcionar innumerables ventajas.

Por otro lado, la adopción del 5G no es una cuestión menor. La actualización de la infraestructura física de telecomunicaciones existente es un factor crítico para la implementación de la red 5G en Latinoamérica. Con sus altos anchos de banda y sus bajas latencias, la red 5G permitirá y agilizará el uso generalizado de las tecnologías y aplicaciones avanzadas. Esto impacta muy positivamente en lo que en Argentina se conoce como aulas móviles y virtuales. Se trata de espacios que, alejados de los grandes centros urbanos, se presentan como alternativas flexibles que reproducen las condiciones de un aula tradicional, replicándola en estructuras móviles diseñadas para trasladarse en tráilers. Ese tipo de experiencias necesitará de una conexión fiable para su funcionamiento, con mayor rapidez y ancho de banda en la red para asegurar el éxito del proyecto.

El mundo está cambiando a un ritmo exponencial. La gente ya no trabaja ni se comunica como lo hizo hace una década. Los maestros y profesores de hoy en día deben sentirse cómodos con la enseñanza virtual que utiliza herramientas y aplicaciones colaborativas en línea. Si los educadores no se adaptan, los jóvenes en el futuro no tendrán la ventaja competitiva que necesitan para una fuerza laboral que exige habilidades altamente especializadas. Es esencial estar preparados para las aulas del futuro, en este momento de posibilidades ilimitadas, tanto para estudiantes como para profesores.

Quizás esta situación sin precedentes está abriendo la puerta a otro estilo de educación en el cual las clases son más dinámicas, gracias a la posibilidad de acceder al volumen de información en línea que está disponible hoy en día. Estamos en una era de transformación digital y tendremos que aprender a anticipar los próximos desarrollos.

Se requiere una inversión en hardware y software para implementar cambios tecnológicos. En el sector público, el proceso de inversión requiere mucho más tiempo que en el sector privado, debido a problemas estructurales, procedimientos y la aprobación requerida de diferentes áreas. Aunque los cambios requerirán tiempo, el gobierno debe asumir un papel activo y el sistema educativo debe identificar sus necesidades para abordar estos temas con rapidez. Este esfuerzo dará como resultado un sistema que beneficiará a nuestros jóvenes y, por lo tanto, al sistema educativo del país y al progreso social en general.

(*) Mariela Misiano: Gerente de la Oferta de Servicios en Vertiv Latinoamérica