¿La nueva "anormalidad" comercial? Definiciones

8 de Septiembre de 2020
Escribe José Luis Valdellora, Presidente Schneider Electric Argentina

El año pasado, usamos los recursos ecológicos como si viviéramos en 1,75 planetas Tierra. Este año el número es ligeramente menor: 1,6. La pandemia global obligó a la humanidad a desacelerar, causando estragos y obligándonos momentáneamente a reducir nuestro consumo de recursos. La crisis sanitaria y económica global actual, repentina e inesperada, nos presenta la oportunidad de enfocarnos en construir el futuro que queremos: un futuro donde la humanidad prospera sin exceder los recursos de nuestro único planeta. Esto es lo que llamamos "prosperidad de un planeta".

La pandemia que vive el mundo expuso la vulnerabilidad de la humanidad. La necesidad de luchar por la prosperidad de un planeta tiene que ser una prioridad para los encargados de tomar decisiones cuyo desafío es superar la crisis actual pero también estar preparados para otros desafíos que podrían surgir en un mundo cada vez más marcado por el cambio climático y las limitaciones de los recursos. El uso excesivo de recursos ecológicos se parece al déficit financiero, pero con una diferencia importante: la deuda financiera siempre se puede cancelar, mientras que los recursos ecológicos se toman prestados de un sistema con el que no podemos negociar. Mientras tanto, aumentan las presiones sociales: La transparencia en tiempo real que es posible gracias a nuestro mundo digitalizado puede poner de relieve prácticas injustas o poco éticas y arruinar la reputación de alguien de la noche a la mañana.

Las iniciativas de sostenibilidad corporativa que demuestran mejoras graduales en todos los aspectos a fin de conseguir una licencia para operar ya no son suficientes. La sostenibilidad estratégica tiene que ser el parámetro para cualquier negocio con ambiciones a largo plazo, con una propuesta de valor que aborde la cuestión de cómo vivir bien en un solo planeta (no en 1,6 planetas).

El marco está dado por estas preguntas directas: ¿Mi negocio ayuda a la humanidad a prosperar en un planeta? ¿Mi cadena de suministro está ayudando a remediar el cambio climático o a mejorar la eficiencia de recursos? ¿Mis productos y servicios benefician al mundo? Porque si no, mi empresa pronto será irrelevante.

No dejes que tus mercados pierdan fuerza

Si bien los analistas financieros usan una serie de parámetros clave para evaluar la integridad de las empresas, llegó el momento de usar también parámetros que evalúen la prosperidad de un planeta en torno a dos ejes: 1. Para evaluar la capacidad de prosperar (el bienestar de la humanidad), podemos usar el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas[1]. Para evaluar en qué medida nuestra actividad comercial se ciñe a las limitaciones planetarias, podemos usar la Huella Ecológica[2]. Juntos, ambos indicadores definen el espacio de operación segura donde las personas viven bien sin exceder la previsión de consumo de recursos del planeta y ayudan a medir nuestro progreso en pos de ese objetivo. Los negocios que pueden ayudar a sus clientes a acercarse más a este espacio son los que serán cada vez más necesarios en el futuro.

La determinación de la Huella Ecológica (calculada por nuestro socio internacional Global Footprint Network) es fundamental para evaluar la prosperidad de un planeta. Permite comparar la demanda de recursos con respecto a la renovación de la naturaleza.

Está claro lo que esto implica: para preservar la paz y garantizar la sostenibilidad de sus logros, la humanidad tiene que revertir la tendencia de aumentar el déficit ecológico. No exceder el la previsión de consumo de recursos de la Tierra es la condición mínima para la prosperidad de un planeta. La única alternativa es el sufrimiento de un planeta, donde la inseguridad de los recursos socava economías enteras y enfrenta a las naciones entre sí, acelerando las desigualdades.

Un marco concreto donde todos prosperan

La manera en que todos prosperamos depende de cómo se manejan nuestros negocios. En su investigación, los ingenieros de Global Footprint Network y Schneider Electric descubrieron que, si se aplica en todo el mundo, la tecnología existente de Schneider y sus socios podría ayudar a atrasar 21 días el Día de Sobregiro de la Tierra. Ahora imaginemos lo que podríamos hacer todos colectivamente.

El mercado está en movimiento. Cada vez se toma más conciencia sobre los riesgos ambientales y de los recursos. En los últimos cinco años, los cinco riesgos globales principales identificados cada año por el Foro Económico Mundial incluyeron las amenazas ambientales. Las empresas cuyas estrategias contemplen esas realidades físicas tendrán muchas más probabilidades de resistir las tormentas de la volatilidad del mercado cuando esos riesgos se manifiesten.

Pero no se trata solo de trabajar a escala global; localmente, tenemos que actuar: cada uno de nosotros tiene que dar el ejemplo.

(*) José Luis Valdellora: Presidente Schneider Electric Argentina