Un debate profundo y necesario sobre la Fundación Sadosky

15 de Marzo de 2021
Escribe Gabriel Baum, Investigador de la Universidad Nacional de La Plata

En los últimos días mucho se ha hablado sobre la Fundación Sadosky, sobre lo hecho y sobre el futuro. Hace pocos días he publicado un breve artículo en este medio, y Esteban Feuerstein, actual Director Ejecutivo de la Fundación me ha respondido con un balance de lo actuado, refutando, desde su punto de vista algunos de mis conceptos.

Creo que es muy saludable que conversemos pública y fraternalmente con Esteban, y ojalá con muchos otros acerca de la Fundación Sadosky, para hacer un balance crítico y profundo, y sobre todo acerca del futuro.

En verdad, si bien comprendo y justifico la respuesta de Esteban defendiendo lo realizado por la Fundación, creo que no se entendió bien mi crítica ni mi propuesta. Mi texto nunca pretendió desvalorizar lo realizado – aunque mi balance positivo le pareció un tanto avaro a Esteban- sino contraponer críticamente el actual “modelo” con respecto al propuesto en la “primera fundación” de la Fundación. No creo que lo hecho sea malo o negativo o inapropiado, sino simplemente que no es lo que el sector TIC necesitaba en su momento, y creo que la situación actual hace aún más necesario retomar el camino señalado en aquel entonces; a saber, la conformación de una red de centros de I+D+i a lo largo y ancho de la Argentina.

Mi artículo anterior es una crítica al ex ministro Barañao quien decidió ignorar el mandato del Foro SSI -plasmada en el decreto de 2007 de Néstor Kirchner- y crear la Fundación con la estructura y composición que hoy conocemos; y, en segunda instancia, es una propuesta para la actual conducción de la Fundación Sadosky. La crítica no es a Esteban, ni a los integrantes de los equipos de trabajo, se trata de un debate político, de objetivos, estrategias, lineamientos hacia el futuro.

Barañao decidió que la Fundación sería el único instrumento político del MINCYT para actuar en el sector TI (las comunicaciones nunca estuvieron consideradas durante sus tres mandatos, y la electrónica sólo parcialmente). En la misma operación esterilizó el FONSOFT, y luego lo vació -algunos dimos la pelea por rescatarlo, pero aunque demostramos su factibilidad, fue liquidado. La “ventanilla” del MINCYT para el sector fue la Fundación Sadosky, más allá de los subsidios del FONCYT o el -escaso- desarrollo de las TIC en CONICET; por cierto, una “ventanilla” que durante el macrismo estuvo, como es bien sabido, muy escasa de recursos.

La concepción que impuso Barañao en la Fundación se contrapone claramente con la idea inicial de una red federal de centros de innovación, que creo que hubiera sido mucho más provechosa para el desarrollo de nuestro país y del sector. Para ser totalmente claro: No es lo mismo una red de polos de innovación -esto es, una red cuyos nodos integran estado-empresas-universidades – que un “faro” de innovación que guía al resto de los actores del sistema y promueve la articulación de empresas y universidad. Se trata de modelos bien diferentes que implican prácticas muy diferentes.

La situación actual muestra que la conformación de la red de innovación es una necesidad: la propia existencia y el dinamismo Red Federal de Polos y Clusters TIC es una muestra cabal de esto. No alcanza con financiar proyectos en todo el país, es necesario darle palabra y poder de decisión a los actores reales en todo el país. La Fundación Sadosky no debe ser un organismo público ni un centro de investigación más, debe ser un instrumento que viabilice la innovación y promueva la creación de valor a través de las TIC, integrado a la producción, la educación, la investigación y las necesidades reales en cada lugar, y construyendo las redes de colaboración a lo largo y ancho de la Argentina.

Para avanzar en esta dirección debe constituirse un Comité Federal que incluya a representantes de todas las regiones (tal vez a través de los Polos), que se integre al Consejo de Administración y tenga importante influencia en la orientación de las actividades. En la misma línea, sería muy saludable que la Dirección Ejecutiva estuviera fuera de la Capital Federal, algo que, como se ha demostrado durante la pandemia es perfectamente factible. Tal como señaló más de una vez el Presidente Alberto Fernández, nuestro país necesita urgentemente dejar de declamar y comenzar a practicar el federalismo, así como descentralizar las actividades. En este sentido la Fundación Sadosky podría ser un ejemplo factible y seguramente muy provechoso; son varias las localidades que podrían perfectamente albergar la Dirección Ejecutiva de la Fundación, de igual o mejor manera que la Capital Federal, con el agregado que podrían generar muchas oportunidades de desarrollo en sus áreas de influencia.

En resumen, no se trata de tirar al niño con el agua sucia de la bañera, al contrario, se debe rescatar todo lo bueno realizado por la Fundación, aún en las circunstancias difíciles por las que ha transitado todo el sistema de CyT durante el macrismo. Estamos en un momento muy oportuno para transformar a la Fundación en un poderoso instrumento para ayudar a que el sector TIC pueda dar un salto cualitativo imprescindible para el desarrollo tecnológico equitativo y federal de nuestro país. Un debate profundo, abierto y sincero es el mejor camino para lograrlo.

(*) Gabriel Baum: Investigador de la Universidad Nacional de La Plata