Acercando Silicon Valley a América Latina

6 de Abril de 2022
Escribe Jacqueline Samira, CEO & Founder de Austin Software

Sabemos que Silicon Valley, el área que se extiende al sur de San Francisco en los Estados Unidos, está posicionada en el imaginario popular como el epicentro de la innovación global. En esta región se ubican algunas de las empresas tecnológicas más importantes del mundo, universidades especializadas en el tema, los ojos de inversores que quieren apostar a startups -incubadoras y aceleradoras- y, lo más importante, una cultura extendida de investigación y desarrollo, que entre otras cosas no teme al fracaso y considera los errores como una fuente clave de aprendizaje. Por eso, a los desarrolladores les resulta muy atractivo formar parte de ese ecosistema tan vibrante.

El estallido del trabajo remoto y la consolidación de empresas especializadas en gestionar el talento ubicado en cualquier lugar del mundo alimentan lo que es, en simultáneo, una tendencia y un desafío: acercar Silicon Valley a Latinoamérica.

Las compañías más reconocidas de esta región californiana, como por ejemplo aquellas que pasan por las manos de aceleradoras de startups como YCombinator -grupo del que formó parte nada menos que AirBNB-, difícilmente apelen a los servicios de software factories para crear sus productos, ya que ello implica dejar sus valores, cultura y dinámica de trabajo en manos de un intermediario, y esto no garantiza que la cultura de la propia empresa se potencie y crezca. Del mismo modo, muchas veces son reacias al modelo de contratación freelance debido a que resulta muy poco estable, con una alta rotación y con personal que no está respaldado más que por su propia palabra y los pergaminos que pueda mostrar.

Lo mejor de los dos mundos


No olvidemos que estas organizaciones suelen experimentar inyecciones de Venture Capital que las obliga a expandirse de manera muy rápida: sus equipos pueden crecer hasta en 50 ó 100 personas en apenas tres meses. Para afrontar este desafío, se vuelven cada vez más permeables a contratar personas en distintos rincones del mundo. Como Latinoamérica se destaca por su excelente talento, las empresas de Silicon Valley confían en el apoyo logístico que compañías de gestión de equipos remotos les pueden brindar, eliminando la fricción de punta a punta: desde el momento de la búsqueda y la contratación, se garantiza que la relación de cada desarrollador con el cliente sea saludable, que existan altos niveles de bienestar y motivación y que el cliente acceda a la cantidad de talento que necesita, en el tiempo en que lo necesita.

Sin dudas comenzamos a vislumbrar un modelo que permite tener lo mejor de los dos mundos: por un lado, el desarrollador accede a todos los beneficios que la empresa otorga a sus colaboradores directos, desde la capacitación en nuevas habilidades y tecnologías hasta flexibilidad de horarios, reconocimientos por desempeño, premios especiales, bonos o aumentos salariales -o todo eso junto!-. Por otro lado y simultáneamente, la empresa cliente abre el acceso a talento disponible -un elemento fundamental ya que la escasez de habilidades digitales es un problema de alcance global- y tiene la posibilidad de armar equipos más diversos y con miradas más amplias sin resignar capacidades ni trabajar en husos horarios exóticos.

En el medio, el rol de las empresas de gestión de equipos remotos es comportarse como interfaz: entender las necesidades y la cultura de los desarrolladores latinoamericanos y los requerimientos de las empresas innovadoras de Silicon Valley para hacer crecer su negocio. Con ese análisis, se busca el equilibrio para que cada organización cuente con los mejores recursos disponibles para ella, y para que cada persona pueda trabajar en el lugar de sus sueños desde la comodidad de su casa. Hoy, el deseo de desarrollar una carrera profesional en las empresas más innovadoras del mundo está literalmente al alcance de la mano: la geografía es apenas un detalle.

(*) Jacqueline Samira: CEO & Founder de Austin Software